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Desde las ballenas azules que chocan con los barcos hasta los elefantes africanos que atacan los cultivos en las aldeas, la crisis climática está provocando un aumento de los conflictos que provocan lesiones o la muerte de humanos y vida silvestre, según muestra una nueva investigación.
La crisis climática está dificultando la obtención de alimentos, agua y hábitats saludables, lo que obliga a los animales y las poblaciones humanas a trasladarse a nuevas áreas de distribución o a lugares previamente deshabitados.
También está cambiando la forma en que se comportan. Esto significa un aumento en los conflictos entre humanos y vida silvestre, así como daños a la propiedad personal y pérdida de medios de subsistencia para las personas, según un artículo de revisión dirigido por la Universidad de Washington.
El equipo analizó 30 años de investigación y descubrió que la cantidad de estudios que vinculan el colapso climático con el conflicto se había cuadruplicado en los últimos 10 años en comparación con las dos décadas anteriores. Advierten de una “amplitud extraordinaria” de lugares ya afectados.
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El artículo, publicado en Nature Climate Change, analizó 49 casos de conflicto entre humanos y vida silvestre en todos los continentes, excepto en la Antártida, y en los cinco océanos. Desde mosquitos de 2.5 mg hasta elefantes africanos de 6000 kg, los conflictos involucraron a todos los principales grupos de vida silvestre: aves, peces, mamíferos, reptiles e invertebrados.
Los cambios en la temperatura y las precipitaciones fueron los factores más comunes de conflicto, citados en más del 80% de los estudios de casos. El resultado más común fue la lesión o la mortalidad de las personas (43% de los estudios) y la vida silvestre (45 % de los estudios). Los conflictos se definen como interacciones directas entre humanos y vida silvestre que tienen un resultado negativo para uno o ambos.
“Nos sorprendió que sea tan frecuente a nivel mundial, esta fue una de las grandes conclusiones de este artículo”, dijo la investigadora principal, Briana Abrahms, bióloga de vida silvestre de la Universidad de Washington.
“No ha habido tanto reconocimiento como debería haber de que el cambio climático está exacerbando estos conflictos”, dijo. “Podríamos ver nuevos conflictos en lugares en los que no han estado en el pasado, así como conflictos que se intensifican en lugares en los que han estado en el pasado”.
Los conflictos entre humanos y vida silvestre ya son una de las principales causas de disminución y extinción entre los grandes mamíferos, lo que puede desencadenar cambios en los ecosistemas, según el documento.
“Reconocer la conexión entre el cambio climático y el conflicto entre humanos y vida silvestre es esencial para anticipar y, en última instancia, abordar interacciones nuevas e intensificadas entre humanos y vida silvestre en el siglo XXI y más allá”, concluyeron los investigadores.
Dan una serie de ejemplos de dónde está creciendo el conflicto entre humanos y vida silvestre debido al cambio climático:
○ En Sumatra, los incendios forestales después de una sequía inducida por El Niño llevaron a tigres y elefantes a nuevas áreas, causando al menos una muerte humana.
○ Los animales pueden ser cada vez más nocturnos para evitar temperaturas más altas durante el día, lo que conduce a más ataques contra el ganado cuando las personas duermen, lo que puede conducir a asesinatos en represalia.
○ En todo el Ártico, el cambio climático está reduciendo la cantidad de hielo marino, lo que significa que los osos polares se ven cada vez más obligados a cazar en tierra. El número de interacciones entre humanos y osos polares se triplicó en la ciudad canadiense de Churchill, Manitoba, conocida como la “capital mundial del oso polar”, entre 1970 y 2005.
○ Las ballenas azules están cambiando sus tiempos de migración a medida que las olas de calor marinas se vuelven más frecuentes, lo que aumenta las colisiones con los barcos.
○ La sequía está obligando a los elefantes en Tanzania a buscar comida y agua en las aldeas más cercanas, causando daños a los cultivos y asesinatos en represalia.
○ En Escocia, el aumento de las temperaturas está provocando un aumento de los gansos percebes, que comen la hierba que los granjeros quieren para sus ovejas.
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“Nuestra revisión sistemática reveló una extraordinaria amplitud de sistemas en los que se producen conflictos provocados por el clima en todo el mundo”, dijeron los investigadores. No observaron la propagación de la transmisión de enfermedades, pero esto es “también una consecuencia bien documentada del cambio climático”.
También destacan la necesidad de anticipar dónde es probable que ocurra un conflicto en el futuro y encontrar formas de minimizarlo, como la creación de sistemas de alerta temprana sobre la vida silvestre que se muda a áreas propensas a sequías o megaincendios.
Una historia de éxito destacada en el documento es el Programa de Evaluación y Mitigación de Riesgos de Enredo de Ballenas (Ramp) de California en el Océano Pacífico noroccidental, que analiza los cambios en tiempo real en el clima, el ecosistema y la pesca para calcular el riesgo de que las ballenas se enreden en artes de pesca y actúa para reducir la probabilidad de que esto suceda, como el cierre temporal de las pesquerías.
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes ver el original en inglés aquí.
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