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Una familia de Tigre, Argentina, diseñó ladrillos de plástico reciclado para construir casas. La idea surgió hace cuatro años con la intención de ayudar a la gente que tiene menos recursos.
La idea es sencilla pero innovadora, un ladrillo fabricado de tapas de botellas de plástico, fácil de montar y que contribuye a la reducción de basura plástica.
EasyBrick es un ladrillo fabricado a base de residuo plástico reciclado, concretamente de 330 tapones de gaseosa reciclados. Estos ladrillos pesan menos de 1 kg, entre 900 gr y 1 Kg. Por sus paredes conforman tres capas de aire, eso lo hace totalmente aislante térmico.
En el proceso de fabricación le agregan retardante de llama, lo que lo hace totalmente ignífugo.
Su principal ventaja es la rapidez de obra que te da. Puedes construir un muro de 3 metros en 2-3 horas, según la destreza que tengas con estos ladrillos. Para 55 metros cuadrados de una casa se tarda un día.
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No requiere de mano de obra especializada para su montaje ni de materiales húmedos. A partir de una platea absolutamente lisa se empiezan a superponer los ladrillos, como si fuera el montaje de un LEGO y, dejando unos espacios para colar ahí el hormigón, vas armando las columnas.
El proceso productivo del ladrillo nace a partir del PP reciclado, los pellets de plástico ingresan en la tolva, se calienta y se derrite a unos 200ºC, más o menos, pasa el tornillo, que es el que empuja el material y termina en un ladrillo armado. Otra de sus ventajas es que se puede fabricar de manera local, no requiere de maquinaria muy especializada y la materia prima la encontramos en cualquier lugar del mundo.
Entre sus principales características podemos encontrar:
En el siguiente video puedes observar que el sistema es bastante sencillo de construir.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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