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Que ha hecho calor este invierno en España no es una sorpresa. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha puesto cifras a un invierno que califica de “anómalo”, sobre todo porque la temperatura media máxima diurna ha sido la más alta desde que hay registros (1965), situándose en casi dos grados por encima del valor normal.
Pero, al mismo tiempo, las mínimas nocturnas han estado alrededor de medio grado por debajo del promedio. Lo que implica que ha sido una estación con gran amplitud térmica entre valores máximos y mínimos.
“La diferencia de temperatura entre el día y la noche ha sido la más marcada de la serie histórica”. Las temperaturas medias han sido 0.8 grados más altas de lo normal.
La falta de lluvia y nieve han convertido este invierno en el segundo más seco del siglo 21 y en el quinto desde que hay registros. También ha sido el tercero más cálido, según ha indicado el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, si se atiende al balance entre las temperaturas diurnas y nocturnas.
La agencia ha destacado el episodio que tuvo lugar la última semana de febrero, en el que se registraron “muchos récords de temperatura”, como ocurrió, por ejemplo, en Zaragoza: 25.5 grados, tres por encima del anterior récord.
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Las horas de sol también han aumentado. En el Puerto de Navacerrada (Madrid), por ejemplo, se ha registrado un 64% más de tiempo soleado de lo habitual. En promedio para toda España las horas de sol normales son seis horas y 12 minutos y este invierno ha habido 8 horas.
Todos estos factores han dado como resultado un invierno en el que “no ha llovido ni la mitad de lo que es habitual, prácticamente en toda España”. Solo se salva enero, con unas precipitaciones sobre todo en el norte alrededor de un 14% menos de lo que es común en ese mes.
En diciembre y febrero, sin embargo, no llegaron ni a la tercera parte. De hecho, se han registrado valores medios de 98 litros por metro cuadrado, es decir, un 51% por debajo de la media. El manto de nieve ha corrido la misma suerte y tampoco alcanza ni la mitad del promedio de los últimos cinco años.
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Con todos estos datos, la Aemet prevé que la primavera sea más cálida y menos lluviosa de lo habitual. En concreto, la probabilidad de que la primavera sea fría es de un 20%.
El invierno seco y cálido ha incrementado las hectáreas quemadas en marzo, que equivalen a niveles de junio. En concreto, hasta el 13 de marzo, se registraron 203 focos, hasta 20 veces más que la media del periodo, que es de 10.
Este texto apareció originalmente en el diario El País, puedes encontrar el original aquí.
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