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El Departamento de Energía de EE.UU., DOE, emitió el 30 de mayo un comunicado de prensa sobre la autorización de exportaciones adicionales del gas natural licuado o GNL, en el que dos representantes del gabinete calificaban al recurso energético como “el gas de la libertad”. El comunicado fue pronto eliminado del sitio web del Departamento de Energía y ya no se encuentra disponible.
El aumento en volúmenes de exportación del GNL, opinaba en el comunicado el subsecretario de Energía de EE.UU., Mark W. Menezes, “es crucial para la difusión del gas de la libertad en todo el mundo”. “Estoy convencido de que el DOE está haciendo todo lo posible para promover un sistema regulador eficiente que permita que las moléculas de la libertad estadounidenses se exporten al mundo”, agregaba el subsecretario de Energía Fósil, Steven Winberg.
This has to be a joke. (Remember freedom fries?) https://t.co/ei9Idg613X
— Jay Inslee (@JayInslee) 29 de mayo de 2019
“Esto tiene que ser una broma”, reaccionó vía Twitter el gobernador del estado de Washington, Jay Inslee, que comparó el absurdo de las declaraciones del DOE con un caso similar conocido como el de ‘las patatas de la libertad’.
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En 2003 un congresista ofreció sacar la palabra “french” de las “french fries” (patatas fritas) y de las ‘”ostadas francesas” en las cafeterías del Congreso de EE.UU., en protesta por la negativa de Francia de respaldar la intervención en Irak. El funcionario propuso, además, cambiar sus nombres por los de “patatas fritas de la libertad” y “tostadas de la libertad”.
“Estoy esperando a que denominen al carbón como “las rocas de la libertad”, bromeó, por su parte, un reportero del periódico local Político.
El GNL, principalmente metano, es licuado artificialmente por medio de enfriamiento para ser transportado de forma más sencilla y rentable, ya que de esa manera su volumen disminuye. Desde el pasado mes de julio, las importaciones totales de GNL norteamericano en la UE aumentaron un 272%. En 2019, Estados Unidos se convirtió en el principal proveedor de GNL de la Unión Europea, con una participación del 13.4%, al mismo tiempo, la UE es el principal destino de las exportaciones de EE.UU.
Washington apuesta por el GNL y lo está promoviendo activamente en el mercado europeo, calificándolo de alternativa al suministro de gas ruso, incluso en el marco del proyecto del gasoducto ruso-europeo Nord Stream 2, cuya construcción está prevista que termine para este año. Entre las entidades europeas involucradas en el proyecto figuran empresas de Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Austria.
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Por su parte, EE.UU., preocupado por las perspectivas de los exportadores estadounidenses de gas natural licuado, insiste en que sus aliados de la UE abandonen el proyecto bajo amenaza de sanciones. En particular, la mayor presión se ha centrado en Alemania, puesto que gracias al Nord Stream 2, el suministro de gas natural de Rusia a Alemania podrá ser duplicado. Pese a las amenazas provenientes de la Casa Blanca, Berlín optó por mantenerse firme en su decisión.
“Hemos hecho todo lo posible para disuadir a los europeos, principalmente a los alemanes, de la construcción del Nord Stream 2, pero hasta el día de hoy lo hemos hecho sin éxito”, reconoció en abril el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.
El analista político Javier Martínez considera que el Gobierno norteamericano recurre al chantaje político para evitar la pérdida de su hegemonía mundial. Asimismo, opina que el suministro de energía en Europa es un asunto exclusivamente de los europeos, razón por la que determinadas leyes extraterritoriales de EE.UU. violan la libertad de comercio y la soberanía de otros países.
Este texto apareció originalmente en RT, puedes ver el original aquí.
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