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Expertos dicen que se debe apostar por soluciones integrales para el control de la contaminación por desechos sólidos, entre ellas regular la producción de plástico en el país.
Con el reciente colapso de una biobarda de tipo industrial sobre el río Motagua quedó en evidencia que estos sistemas no están ni cerca de ser una solución permanente al problema de la contaminación de las del Caribe guatemalteco y hondureño que ahora vuelven a sentir los impactos de toneladas de basura que ya comenzaron a cundir esas áreas.
La semana pasada el director de la organización Rescue the Planet, Sergio Izquierdo, visitó las playas de Puerto Barrios, Izabal, y constató el enorme problema que ha causado la contaminación de desechos sólidos.
Por su parte, el Gobierno hondureño reclamó a su par guatemalteco por las medidas “inefectivas e insuficientes” que se han adoptado para mitigar la contaminación que se causa por la basura arrastra el río Motagua, uno de los más grandes del país, pues estas solo “atenúan” el problema en ciertas épocas del año.
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Aunque la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras dijo que se mantienen en alerta y dispuestos a trabajar en la búsqueda de soluciones de forma binacional, urgió al Gobierno de Guatemala a tomar acciones “efectivas e inmediatas” para detener el deterioro de unos 57 kilómetros de playas hondureñas.
El pasado lunes un grupo de alcaldes amenazó con denunciar a Guatemala en el plano internacional por el “grave” daño ambiental que causa la contaminación del río Motagua a las playas de Omoa.
Expertos en temas ambientales, coinciden con que el colapso de la biobarda industrial de El Quetzalito pone de manifiesto que este tipo de mecanismos no son los óptimos para abordar un problema de grandes dimensiones que requiere de la aprobación de leyes, el adecuado manejo de la basura y la concientización sobre los hábitos de consumo.
“No es el mecanismo óptimo —las biobardas— porque estas detienen la basura al final de un proceso”, dijo Edwin Castellanos, director del Observatorio Económico Sostenible de la Universidad del Valle de Guatemala. La solución es “buscar dónde está la fuente de contaminación y ahí se tiene que tratar el problema”, agregó.
Castellanos reconoce que los desechos sólidos que arrastra el río Motagua surgen desde todos los poblados a lo largo de su cuenca y que por lo tanto no es tan fácil abordar la problemática “pero es lo más adecuado a largo plazo”.
Dentro de los principales contaminantes del Motagua está el basurero de la zona 3 capitalina —el más grande del país— el cual, afirma, debe ser cerrado para posteriormente buscar un lugar apropiado para construir un relleno sanitario con especificaciones y soluciones técnicas.
Para Raúl Maas, director del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad (Iarna) de la Universidad Rafael Landívar, la solución propuesta con biobardas “es como querer darle una aspirina a alguien para curarle un cáncer”.
Si bien es cierto, las biobardas cumplen una función, el volumen de desechos que se producen en el país las hacen insuficientes para evitar que las playas se cundan de basura a cada poco tiempo.
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Del problema en el Motagua, afirma Maas, se ace mucho eco por las consecuencias que provoca en Honduras, pero la realidad es que esa contaminación prácticamente ocurre en todos los cuerpos de agua del país. Por tal razón, el impacto que puedan generar las biobardas es muy pequeño en comparación con el tamaño del problema.
Por esa razón, considera que la solución obligadamente pasa por regular el proceso de importación, venta, y desecho de plástico de un solo uso.
Izquierdo, director de Rescue de Planet, coincide con que prohibir el uso del plástico es el único camino para detener el deterioro de los cuerpos de agua “tal como lo están haciendo muchos países en el mundo”, ya que este material es el principal contaminante que arrastran los ríos.
Para Izquierdo, la situación es igual con biobarda o sin ella “porque lo que detiene es una nada” en relación con los niveles de plástico que arrastra el Motagua.
“Si se te olvida apagar el chorro al salir de tu casa y cuando regresas ves que está inundada ¿Qué haces? ¡Apagar el chorro!, no te pones a limpiar en lo que el agua se sigue saliendo”, dice Izquierdo, quien recalca que no hay biobarda, por muy sofisticada que sea, capaz de controlar los niveles de basura que arrastra el Motagua.
Pero, la Comisión de Plásticos, de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) considera que las prohibiciones no son la solución.
“Como país necesitamos comprender que la problemática surge ante la ausencia de sitios de disposición final adecuados que permitan dar un manejo de los residuos y desechos sólidos”, expuso Marcos Arimany, presidente de la Comisión.
“El camino debe ser normar las acciones de disposición final y promover la clasificación desde la fuente generadora”, agregó Arimany, a la vez de señalar que en algunos lugares de Latinoamérica donde se ha prohibido el plástico de un solo uso han enfrentado consecuencias en la salud y se han retractado de la medida.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) derogó el reglamento emitido en el gobierno anterior que iba a prohibir el plástico de un solo uso a partir de septiembre próximo.
Ante la pregunta de si la prohibición podría ocurrir en el futuro el Marn respondió que el recientemente publicado Acuerdo Gubernativo 164-2021, Reglamento para la gestión integral de los desechos sólidos, contiene normas sanitarias y ambientales para evitar el deterior del medio ambiente.
Este texto apareció originalmente en Prensa Libre, puedes ver el original aquí.
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