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El año 2021 fue, como la gran mayoría de los años, un período con grandes altibajos en el país, aunque en general faltó el agua y las precipitaciones fueron deficitarias en la mayor parte del territorio nacional. Una de las variables más notables en el tramo final del año fue la temperatura, que fue relativamente benévola, presentando sólo dos momentos de calor intenso generalizado, la última semana de octubre y la última semana de diciembre.
El 2022 comenzó con un día esperanzador para la porción centro-este del país, ya que se observaron algunas precipitaciones aisladas en zonas de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y sectores del NEA, involucrando a Chaco, Santiago del Estero y Corrientes. Pero la situación, muy lejos de revertirse, sigue siendo deficitaria. Si bien este tipo de fenómenos ayuda a moderar algunos efectos de la sequía no cambia las características, y todavía queda el resto del verano con condiciones de evento La Niña.
Desde mediados de noviembre se instaló el evento La Niña, siempre recordando que este fenómeno se mide analizando fundamentalmente la anomalía de temperatura de la superficie de agua de mar del océano Pacífico central en la porción ecuatorial, y todavía está bien vigente, incluso para la mayoría de los modelos climáticos de gran escala, enero sería el momento más pronunciado del evento La Niña.
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A partir de fines de febrero o comienzos de marzo La Niña comenzaría a debilitarse progresivamente y esto fomentaría un cambio paulatino en la circulación general de la atmósfera, reacomodando las características propias de un evento Neutral. Pero hay que tener en cuenta que los impactos que generan estos fenómenos de gran escala tienen un leve retardo, por lo que las condiciones de lluvia deficitaria pueden perdurar hasta marzo, o incluso abril, dependiendo la zona.
Al analizar la tendencia para el mes de enero se observa una situación de lluvias inferior a lo normal para todo el centro y este del país, involucrando a casi toda la región pampeana, zonas de Litoral y gran parte del NEA, dejando sólo sectores de Cuyo y parte del NOA, junto con la región patagónica las únicas zonas del país con lluvias dentro de los promedio o levemente superiores a los valores normales para la época del año.
Una aclaración importante, dado el errático comportamiento de las precipitaciones, es que los eventos de lluvia en las zonas donde se prevén registros inferiores a lo normal, se pueden dar de manera abundante pero sólo de manera puntual, incluso con algunas tormentas fuertes o severas, pero al analizar la situación a nivel regional, los registros de lluvia son escasos e inferiores a los parámetros medios.
En general se puede ver que la tendencia de temperaturas promedio a lo largo del mes de enero se presentaría por encima de los niveles medios en la mayor parte del territorio y sólo algunos sectores del país, especialmente la porción norte, podría mostrar que, en el promedio mensual, las marcas térmicas serían levemente inferiores a lo normal.
Cabe destacar que esta caracterización muestra una tendencia a pronunciar los eventos de olas de calor, especialmente sobre el centro del país, y particularmente sobre sectores de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y el norte de Buenos Aires. Pero también acentúa la variabilidad térmica, mostrando grandes transiciones de manera diaria, incluso durante una misma jornada, con importante amplitud térmica.
Este texto apareció originalmente en Meteored, puedes ver el original aquí.
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