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Más de 100 estados miembros de las Naciones Unidas se reunirán este mes para elaborar un plan para el primer acuerdo global para abordar la contaminación plástica. La ONU dice que podría ser el pacto ambiental más importante desde el acuerdo climático del Acuerdo de París en 2015.
El planeta está inundado de desechos plásticos, que son difíciles de reciclar, se descomponen lentamente y son caros de enterrar y quemar. Está dañando la vida silvestre y contaminando la cadena alimentaria. Once millones de toneladas métricas terminan en el océano cada año, una cifra que se espera que se triplique para 2040 a menos que se reduzca la producción y el uso de plásticos desechables como botellas de bebidas, envases de entrega y bolsas de supermercado, según muestran múltiples estudios científicos.
Si la ONU no puede llegar a un acuerdo para frenar la contaminación plástica, habrá un daño ecológico generalizado en las próximas décadas, poniendo a algunas especies marinas en riesgo de extinción y destruyendo ecosistemas sensibles como los arrecifes de coral y los manglares, según un estudio de World Wildlife publicado este mes.
La producción de plástico de rápido crecimiento, que se prevé que se duplique en los próximos 20 años, también representa una gran amenaza para el cambio climático, ya que el plástico se deriva en gran medida de los combustibles fósiles.
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La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) se llevará a cabo, en persona y en línea, en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Nairobi, Kenia, del 28 de febrero al 2 de marzo.
El objetivo principal es elaborar términos amplios para un acuerdo global sobre la contaminación plástica y formar un comité de negociación intergubernamental (INC) para negociar un acuerdo final.
Si los estados miembros pueden ponerse de acuerdo sobre un marco básico, el INC pasaría al menos dos años negociando un tratado final para ser firmado.
Los posibles elementos podrían incluir: límites a la producción de plástico, compromisos de los países miembros para eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso y difíciles de reciclar, y objetivos para aumentar las tasas de recolección y reciclaje de desechos.
Hay un amplio espectro de posibles resultados. Una cuestión clave es si las disposiciones de cualquier acuerdo acabarán siendo voluntarias o jurídicamente vinculantes.
Las compañías petroleras y químicas que fabrican plástico, incluidas Dow, ExxonMobil y Royal Dutch Shell, tienen más que perder con un tratado ambicioso que limitaría la producción de plástico o eliminaría gradualmente los envases de un solo uso.
Las grandes marcas de bienes de consumo como Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé y Unilever, que venden una gran cantidad de productos en envases de plástico desechables, también se verían afectadas si el tratado impone restricciones a la fabricación o el diseño de plásticos.
Este texto apareció originalmente en Reuters, puedes ver el original en inglés aquí.
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