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Donald Trump ha alabado la respuesta de su administración al huracán María, y dijo que los líderes de Puerto Rico deberían estar “muy orgullosos” de la baja cifra oficial de muertos – y pareció quejarse a costa del esfuerzo de recuperación.
Las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump se produjeron en su primera visita a la isla desde que fue golpeada por un huracán de categoría 4, María, hace casi dos semanas, en medio de las constantes críticas de que su gobierno no ha respondido adecuadamente a la crisis.
Los 3.4 millones de habitantes de la isla, en particular los de las zonas más aisladas, siguen sin electricidad, red de comunicaciones y acceso a agua potable y alimentos.
Pero Trump dijo a los reporteros:
“Ahora se reconoce que un gran trabajo que hemos hecho.”
Al hablar en una reunión poco después de su llegada, Trump dijo a funcionarios locales:
“Odio decirle, Puerto Rico, pero ha arrojado nuestro presupuesto un poco fuera de control, pero eso está bien porque hemos salvado muchas vidas”.
En otra de sus declaraciones, el presidente Trump contrastó el número de víctimas oficiales de Puerto Rico con el causado por el huracán Katrina al que llamó “una verdadera catástrofe”.
Le preguntó al gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, cuántas personas habían muerto en la tormenta. “Dieciséis”, respondió el gobernador.
“Dieciséis versus literalmente miles de personas”, dijo Trump. “Puedes estar muy orgulloso. Todo el mundo alrededor de esta mesa, y todo el mundo mirando, realmente pueden estar muy orgullosos de lo que ha tenido lugar en Puerto Rico.”
El gobernador Ricardo Rosselló dijo que el número de víctimas era de 16, pero que luego que habían aumentado a 34; el Centro de Periodismo Investigativo calculó que el total real podría ser de docenas o cientos.
La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz,dijo a CNN:
“Tendemos a juzgar las crisis humanitarias por el número de personas que mueren al instante”,”Por lo que cuando usted dice que con Katrina hubo miles, eso no transmite el mensaje de que la gente está muriendo de manera progresiva porque no tienen su tratamiento de diálisis, no tienen atención médica y están bebiendo agua de los arroyos”.
En respuesta a una declaración que hizo el presidente sobre los gastos para ayudar a la isla, la presidenta de Oxfam America, Abby Maxman, comentó:
“Estamos escuchando excusas y críticas de la administración en lugar de una respuesta coherente y compasiva. Estados Unidos tiene recursos más que suficientes para movilizar una respuesta de emergencia, pero no lo ha hecho de manera rápida y robusta”.
Trump visitó una capilla que servía como centro de distribución de alimentos y suministros, donde entregó bolsas de arroz y luego tiró rollos de toallas de papel a la multitud de residentes locales.
Las necesidades básicas como alimentos y agua siguen siendo escasos, Rosselló advirtió que sin un plan de recuperación efectivo, el desastre podría hacer que millones de puertorriqueños se trasladaran a los Estados Unidos. Tal éxodo crearía “un devastador cambio demográfico” para la isla, dijo a periodistas.
En el centro de San Juan, los residentes continúan limpiando los escombros de sus casas y negocios. Jesús Ramírez, de 53 años, seguía sacando los escombros de su techo derrumbado.
“Trump tiene que ayudarnos, porque si no lo hace, el resto de la isla se irá”, dijo.
Ramírez comentó que cinco miembros de su familia ya se habían ido para Nueva York, pero estaba decidido a quedarse y ver si podía salvar su negocio, que permanecía sin electricidad y que aún estaba severamente dañado por las inundaciones en la cocina.
Los que se quedan, se enfrentan a meses sin electricidad, alimentos, combustible y escasez de agua y gas. Hasta el martes por la mañana, el 55% de la isla estaba sin agua corriente y el 26% de las gasolineras estaban cerradas, según el gobierno de Puerto Rico. No hay una indicación clara de cuándo se restaurará el servicio completo de telefonía móvil a toda la isla.
Roy Geren, que vive a unos 20 kilómetros tierra adentro de San Juan, dijo que muchos de sus vecinos habían perdido todo. “Sus casas estaban construidas con madera, solo los baños quedaron”, dijo, añadiendo que su casa se llenó de lodo y que no cuenta con electricidad.
También comentó que el presidente debió haber visitado las regiones en las afueras de la capital, para obtener una imagen completa de la devastación.
“Aquí en San Juan está agradable, él no debió visitar los sitios turísticos. Allá arriba, señalando hacia tierra más adentro, ahí es donde debería de haber ido”.
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Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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