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Los alcaldes de Estados Unidos consideran cada vez más el cambio climático como un problema urbano apremiante, tanto que muchos defienden políticas que podrían ser un inconveniente para los residentes o incluso perjudicar financieramente a sus ciudades.
La encuesta anual de los ejecutivos de las grandes ciudades, divulgada por la Iniciativa Universitaria de Boston sobre Ciudades, también reflejó la aguda división política de la nación. Un 95% de los alcaldes demócratas que respondieron creen que el cambio climático fue causado por actividades humanas, una opinión compartida solo por la mitad de los alcaldes republicanos.
La gran mayoría de alcaldes estaba preparada para enfrentar al gobierno del presidente Donald Trump sobre el cambio climático y sintieron que sus ciudades podrían influir en contrarrestar las políticas del presidente republicano, que a veces calificó el calentamiento global como un engaño y que el año pasado retiró a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París.
“Un sorprendente 68% de los alcaldes está de acuerdo en que las ciudades deberían jugar un papel importante en la reducción de los efectos del cambio climático, incluso si eso significa sacrificar los ingresos o aumentar los gastos”, esto según un informe que acompaña a la encuesta.
En total, 115 alcaldes de ciudades con al menos 75,000 residentes respondieron la cuarta encuesta anual nombrada por Thomas Menino, un alcalde demócrata de Boston que fundó el programa universitario antes de su muerte en 2014. La encuesta fue patrocinada en parte por la Fundación Rockefeller y Citigroup.
Los organizadores de la encuesta rechazaron publicar la lista de los 115 alcaldes que respondieron, citando acuerdos confidenciales. Según el informe, casi dos tercios de los alcaldes eran demócratas y las ciudades tenían una población promedio de 233,000.
La encuesta citó la disponibilidad y la asequibilidad de la vivienda como la preocupación más urgente de los alcaldes, seguida de cerca por el cambio climático y las presiones presupuestarias municipales causadas en parte por recortes federales y estatales.
Un prólogo al informe, firmado por el alcalde demócrata de Los Ángeles, Eric Garcetti y Betsy Price, el alcalde republicano de Fort Worth, Texas, argumentó que las ciudades pueden ejercer una influencia formidable sobre las políticas estadounidenses y globales.
“En un momento en que la conversación nacional es divisiva, las ciudades ofrecen un sentido de esperanza y una identidad compartida”, dijeron los alcaldes.
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Un 68% de los alcaldes dijeron que estarían dispuestos a gastar recursos adicionales o sacrificar ingresos para combatir el cambio climático.
Los demócratas tenían más del doble de probabilidades que los republicanos de promover políticas ambientales que pudieran afectar a los automovilistas en sus ciudades, y casi tres veces más probabilidades de apoyar el ingreso a pactos climáticos o redes regionales. Sin embargo, solo el 26% de los demócratas y el 5% de los alcaldes republicanos estaban ansiosos por imponer nuevas regulaciones costosas sobre el sector privado.
La encuesta encontró que las actitudes sobre el cambio climático difieren tanto geográficamente como políticamente. Por ejemplo, el 90% de todos los alcaldes del este y el 97% del medio oeste culparon a las actividades humanas del cambio climático, en comparación con el 70% de las ciudades del sur.
Este texto apareció originalmente en AP, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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