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Las aguas del Cantábrico y del Mediterráneo han registrado récords históricos de temperatura este mes de junio, según las mediciones de la “Red de Boyas de Aguas Profundas de Puertos del Estado y de la Boya Costera” en Barcelona, España. Durante 2007 y 2017, entre los días 1 y 22 de junio de cada año, se han observado aumentos de temperatura que oscilan entre los 0.5°C y 2.5°C. El registro más alto se ha dado en el Mediterráneo, donde la boya de Tarragona marcó un incremento de 2.53ºC respecto a junio del año pasado, alcanzando un récord histórico al superar los 27ºC, la temperatura más alta registrada en toda la península.
Ana Casal, climatóloga de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), explica que hay una anomalía en la temperatura del agua del mar en todas las costas españolas y señala que incluso hay subidas de entre 3 ºC y 3.5ºC a medida en que se aleja de la costa. “En general, el agua está más caliente en las zonas de Murcia, Valencia y Alicante, mientras que en la entrada del Estrecho se registran temperaturas más amenas, de entre 20ºC y 22ºC”, comenta.
Casal explica que es posible que, en los meses de septiembre y octubre, el mar registre temperaturas aún más elevadas. “Al mar le cuesta mucho retener el calor y enfriarse, por eso, mientras que en tierra se registran temperaturas más altas en julio y agosto, en el océano eso ocurre algún tiempo después”.
José Luis Acuña, ecólogo marino y catedrático de la Universidad de Oviedo, alerta de que ese aumento puede llevar al declive de poblaciones de la fauna marina. “En el Cantábrico, donde cada vez hay más días al año en que el mar supera los 20ºC, los bosques de macroalgas prácticamente han desaparecido en los últimos diez años”, afirma. El experto también explica que el cambio también puede suponer problemas para especies migratorias, como algunas tortugas del Mediterráneo que se guían por la temperatura del mar.
Otra consecuencia, señala Acuña, es la llegada de especies invasoras. “Es posible que lleguen poblaciones favorecidas por las altas temperaturas. En el Cantábrico se empiezan a ver peces que son típicos del sur”, cuenta. Ese problema es especialmente grave en el Mediterráneo, donde se encuentran entre 775 y 1,000 especies invasoras, según los estudios más recientes.
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