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Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha desarrollado un nuevo modelo basado en datos por satélite para predecir las concentraciones en el océano Antártico de isopreno, un gas producido por el fitoplancton que contribuye a la formación y brillo de las nubes.
Según ha explicado el jefe del grupo de Biogeoquímica Marina, Atmósfera y Clima del ICM-CSIC, Rafel Simó, que ha dirigido el trabajo, el nuevo modelo, que publica la revista Geophysical Research Letters, allana el camino para proyecciones del cambio climático más precisas.
El isopreno es un gas de origen biológico producido por el fitoplancton que se oxida en el aire para formar partículas atmosféricas.
Según los investigadores, en los océanos más remotos, como Antártico, donde la formación y el brillo de las nubes dependen en gran medida de la concentración de partículas atmosféricas, las emisiones de isopreno marino son capaces de afectar el clima.
Sin embargo, su emisión está escasamente cuantificada y, por tanto, los modelos climáticos no acaban de funcionar porque no simulan correctamente las nubes.
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El estudio, en el que han colaborado científicos del Centro de Supercomputación de Barcelona, la Universidad de Curtin (Australia), el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y el Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido), ha explorado la capacidad del satélite de la NASA, MODIS Aqua, para reconstruir las concentraciones de isopreno medidas en el océano Antártico durante varias campañas oceanográficas.
Así, han encontrado una relación estadística entre el isopreno, la clorofila y la temperatura de la superficie del mar que han usado para producir mapas regionales sinópticos de concentración y emisión de isopreno, según Simó.
“Esta nueva herramienta permite una exploración detallada del papel de las emisiones oceánicas de isopreno en el clima y en la capacidad oxidativa de la atmósfera del océano Antártico”, ha resumido Pablo Rodríguez-Ros, primer autor del estudio, que asegura que el nuevo modelo “proporcionará inputs espaciales y temporales más realistas para los modelos atmosféricos y climáticos”.
En otro trabajo publicado recientemente, los investigadores recopilaron y analizaron nuevos datos de las concentraciones de isopreno en la superficie del mar de seis expediciones.
Ahora han combinado todos estos datos con las variables del satélite registradas simultáneamente y, gracias a ello, han descubierto que el isopreno se puede predecir mediante una regresión lineal múltiple con la clorofila y la temperatura de la superficie del mar.
“El isopreno se explica mejor por variables relacionadas con el fitoplancton como las concentraciones de clorofila y otros pigmentos, la materia orgánica particulada o la eficiencia fotosintética, que por la concentración de macronutrientes o la abundancia de bacterias”, según Rodríguez-Ros.
Las distribuciones de isopreno de 2002 a 2018 calculadas con el nuevo modelo revelan altas concentraciones en aguas costeras y cercanas a las islas, y en latitudes alrededor de los 40-50°S, con máximos anuales durante el verano austral.
Los expertos pretenden ahora desarrollar modelos similares para otras regiones oceánicas para predecir el patrón global de concentración de isopreno y su emisión hacia la atmósfera.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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