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Dinamarca también corre el riesgo de desertización por las últimas olas de calor, advirtió la Agencia Espacial Europea (ESA), al mostrar unas fotos de los campos agrícolas daneses en julio de 2018 y en las que es visible el deterioro respecto a un año antes.
“La imagen de julio de 2017 muestra unos lustrosos campos verdes, en contraste con la de este mes de julio, en la que la vegetación se ha resentido por el calor y la falta de lluvia. Las altas temperaturas de este verano significan que lo visto en Dinamarca puede ocurrir en otras partes de Europa”, alertó en una nota la ESA.
El organismo europeo obtuvo esas dos imágenes pertenecientes a unas zonas agrícolas alrededor de la ciudad de Slagelse (Dinamarca) a través de dos satélites Copernicus Sentinel-2, equipados por cámaras ópticas multiespectrales de alta resolución.
Los datos logrados por esa misión de la ESA brinda mediciones del índice del área foliar, la clorofila foliar y el contenido de agua en las hojas, “lo que permite una evaluación detallada de la salud de las plantas”.
La ESA avisó además que “el actual calor” está “abrasando” nuestras tierras y vegetación, de la misma manera que los incendios este verano en países como el Reino Unido, Suecia y Grecia están “sembrando el caos”.
Las olas de calor que sufren actualmente el norte de Europa y otras regiones del mundo están relacionadas con el cambio climático, manifestó en rueda de prensa el responsable de la División de Investigación Meteorológica de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Paolo Ruti.
“Ciertamente el calentamiento global provoca más y más la aparición de situaciones meteorológicas extremas, de manera que las olas de calor serán más frecuentes” en la mayor parte del mundo y “también durarán más”, señaló en rueda de prensa el responsable de la División de Investigación Meteorológica de la OMM, Paolo Ruti.
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El tiempo extremo, con olas de calor, temperaturas récord y sequía o lluvias por debajo del promedio, han marcado la primera mitad del verano en el hemisferio norte y han provocado incendios en el norte de Europa, como los de Suecia.
Esta situación se mantendrá al menos durante otras dos semanas desde Irlanda a los estados bálticos y el sur de Escandinavia, según el centro europeo para el clima de la OMM.
“Las temperaturas anómalas semanales se situarán esta semana en entre 6°C y 10°C por encima de lo normal y después en entre 3°C y 6°C en partes del norte de Europa”, explicó la portavoz de la organización Claire Nullis.
En Escandinavia, las temperaturas superaron la semana pasada los 30°C en el círculo polar ártico, Noruega registró temperaturas récord de 33.5°C en Badufoss el 17 de julio, y Kevo, en Finlandia, alcanzó los 33.4°C.
Influida por un viento cálido, en el norte de Noruega (Makkaur) se registró una nueva temperatura récord nocturna el pasado 18 de julio: 25.2°C, más propia del sur de Europa.
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Irlanda registró en 15 estaciones temperaturas máximas por encima de 25°C durante cinco días consecutivos o más y sufrió una “sequía absoluta” en todos sus centros de medición. El Reino Unido experimentó a su vez una ola de calor de entre 32°C y 34°C en varios lugares.
También sufrió el Reino Unido “la peor sequía jamás registrada en la primera mitad del verano”, con precipitaciones de sólo 47 milímetros entre el 1 de junio y el 16 de julio, según la OMM.
Las temperaturas por encima de lo normal y las precipitaciones por debajo del promedio se producen tras un mes de mayo excepcionalmente seco en el norte de Europa, lo que genera condiciones perfectas para incendios.
Ruti explicó que la persistencia de elevadas temperaturas en el norte de Europa se debe principalmente a un sistema de alta presión que se mantiene estacionario sobre el norte y centro de Europa, pero que debe disolverse pronto.
El experto afirmó que se trata de “un fenómeno regional típico en Europa en invierno, pero que también se da en verano y es un factor a tener en cuenta en el análisis”.
En algunas ocasiones existen varios elementos que provocan un determinado acontecimiento meteorológico, pues tienen peso los fenómenos regionales o “lo que está haciendo el Atlántico, que influye bastante en lo que ocurre en verano en Europa”, enfatizó.
“Pero por supuesto el mensaje clave es que estamos más vulnerables” por el cambio climático, admitió Ruti. Reconoció de hecho que este fenómeno en Europa “está relacionado con el cambio climático”.
El experto especificó que recientes estudios de científicos que trabajan con programas de investigación de la OMM identificaron “que la duración de este tipo de sistemas estacionarios puede relacionarse con el cambio climático”.
De esta forma, la posibilidad de que este fenómeno se quede más tiempo sobre Europa en el futuro es “ciertamente más alta”, añadió.
“Lo que sabemos es que en Europa y especialmente en el centro y el sur de Europa, existe una elevada posibilidad de que haya un aumento de las condiciones extremas de calor”, concluyó.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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