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A medida que se acaba el tiempo para evitar un calentamiento global más peligroso, el organismo científico líder de Estados Unidos instó al gobierno federal a comenzar un programa de investigación centrado en el desarrollo de tecnologías que puedan eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera para ayudar a frenar el cambio climático.
El informe, escrito por un panel de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, subraya un cambio importante. Durante décadas, los expertos dijeron que las naciones podrían evitar grandes aumentos de temperatura principalmente reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y moviéndose a fuentes más limpias como la energía solar, eólica y nuclear.
Pero en este punto, las naciones han demorado tanto en reducir sus emisiones de dióxido de carbono que incluso un cambio hacia la energía limpia probablemente no sería suficiente.
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De acuerdo con un informe científico publicado por las Naciones Unidas este mes, puede ser necesario eliminar una gran parte del dióxido de carbono ya cargado en la atmósfera para evitar un calentamiento adicional significativo, a pesar de que los investigadores aún no han descubierto cómo hacerlo económicamente o a un escala suficiente.
Para alcanzar los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París, la humanidad tendría que comenzar a eliminar alrededor de 10 mil millones de toneladas de dióxido de carbono del aire cada año a mediados del siglo, además de reducir las emisiones industriales, indicó Stephen W. Pacala, científico del clima en Princeton y quien lideró el panel.
Eso es casi la cantidad de carbono que todos los bosques y suelos del mundo absorben cada año.
Hay muchas ideas para remover el carbono: los países podrían plantar más árboles que extraigan el dióxido de carbono del aire y lo guarden en su madera. Los agricultores podrían adoptar técnicas, como la agricultura sin labranza, que mantendría más carbono atrapado en el suelo.
Algunas compañías están construyendo plantas de “captura directa de aire” que usan agentes químicos para eliminar cantidades de dióxido de carbono del aire, lo que les permite vender el gas a clientes industriales o enterrarlo bajo tierra.
El panel advirtió que muchos de estos métodos aún no están probados o enfrentan serias limitaciones.
Y es que, en teoría, podría ser posible recolectar madera u otro material vegetal que haya absorbido dióxido de carbono del aire, quemarlo en las centrales eléctricas de biomasa para obtener energía y luego capturar el carbono liberado de la combustión y enterrarlo a gran profundidad bajo tierra, creando, en esencia, una central eléctrica que tiene emisiones negativas.
Pero un problema potencial con este enfoque, según el panel, es que la tierra requerida para producir biomasa para estas centrales eléctricas podría entrar en conflicto con la necesidad de tierras de cultivo para alimentos.
El panel estimó que este método podría algún día eliminar del aire entre 3 y 5 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, pero posiblemente mucho menos, dependiendo de las restricciones de la tierra.
Eso está muy lejos de las 10 a 20 mil millones de toneladas de dióxido de carbono que es probable se tengan que retirar del aire para fines de siglo para limitar el calentamiento global alrededor de 1.5°C, según el informe del IPCC.
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El panel de Academias Nacionales recomendó una doble estrategia. Estados Unidos podría establecer programas para comenzar a probar y desplegar métodos de eliminación de carbono que parecen estar listos para funcionar, como plantas de biomasa con emisiones negativas, nuevas técnicas de manejo forestal o programas de cultivo de carbono.
Por ejemplo, los científicos han sabido por mucho tiempo que ciertos minerales, como la peridotita, pueden unirse con el dióxido de carbono en el aire y esencialmente convertir el gas en roca sólida.
Investigadores en Omán han estado explorando el potencial para utilizar los vastos depósitos minerales del país para la eliminación de carbono, pero todavía se preguntan si esto puede hacerse de manera factible a gran escala.
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En su informe, el panel presentó una agenda de investigación detallada que podría costar miles de millones de dólares. Pero dado que la eliminación de carbono podría “resolver una fracción sustancial del problema climático”, según el informe, esos costos son modestos.
Sin embargo, el panel advirtió de un posible inconveniente en la investigación, ya que podría crear un “riesgo moral”, en el cual los gobiernos pueden sentir menos urgencia de reducir sus propias emisiones si creen que las máquinas gigantes de depuración salvarán el día.
Con ese fin, se hizo hincapié en que la eliminación de carbono, si se desarrollaba, solo podría ser parte de una estrategia de calentamiento global más amplia. “Reducir las emisiones”, señaló el informe, “es vital para abordar el problema climático”.
Este texto apareció originalmente en The New York Times, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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