El continente está sufriendo el impacto del calentamiento global. Una terrible ola de calor ha provocado incendios forestales en Francia y España. En Alemania se experimentaron temperaturas récord que empujaron los niveles de mercurio hacia máximos históricos el domingo 30 de junio, matando al menos a siete personas.
Las temperaturas en la región sur de Gard en Francia alcanzaron un máximo histórico de 45.9°C, más caluroso que en Death Valley de California, lo que provocó incendios que quemaron 550 hectáreas de tierra y destruyeron varias casas y vehículos.
Un hombre murió mientras competía el sábado en una carrera de ciclismo en la región suroeste de Ariege, en las estribaciones de los Pirineos. El ciclista de 53 años se estrelló después de sentirse mal, dijo el domingo el fiscal local Laurent Dumaine, agregando que la policía estaba investigando la causa precisa de la muerte.
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La carrera fue cancelada después de que varios participantes se enfermaron debido al calor, dijeron los organizadores. Otro ciclista murió en la región sur de Vaucluse, y las autoridades atribuyeron el colapso del hombre a la ola de calor.
Los meteorólogos dicen que un debilitamiento de la corriente en chorro de alto nivel está causando cada vez más que los sistemas climáticos se estanquen y que las temperaturas de verano estén aumentando. Cinco de los veranos más calurosos de Europa en los últimos 500 años han ocurrido en este siglo.
Alrededor de 25 de los 90 departamentos administrativos de Francia han adoptado límites en el uso del agua, incluso para la agricultura, lo que podría afectar los rendimientos de cosecha para los cultivos de verano, como el maíz, que a menudo se irriga.
“La ola de calor también golpeó los viñedos de Herault, donde se observaron los daños generalizados”, dijo en Twitter Jerome Despey, un productor de vino en la región de Herault, en el sudoeste de Francia, y jefe de la cámara de agricultura local, que publicó fotos de uvas arrugadas.
En España, 40 de las 50 regiones se han puesto en alerta climática y siete de ellas se consideran un riesgo extremo, dijo la agencia nacional de meteorología. Las temperaturas en Girona, en el noreste de España, alcanzaron 43.9°C, la más alta registrada en la ciudad catalana.
La mayoría de los incendios forestales que afectaron a España en los últimos días se estabilizaron durante ese fin de semana, pero los bomberos luchaban por controlar un incendio en las provincias centrales de Toledo y Madrid, que ha quemado más de 20 kilómetros cuadrados.
Las temperaturas bajaron ligeramente el domingo, aunque la agencia meteorológica nacional española predijo que el mercurio podría permanecer a más de 40°C en algunas partes del país, en particular en el noreste. En los últimos días se han registrado al menos siete muertes relacionadas con el calor: además de los dos ciclistas franceses, dos personas murieron en España y tres en Italia.
El servicio meteorológico de Alemania advirtió de un calor “extremo” el domingo, pronosticando temperaturas máximas de hasta 39°C desde Sajonia en el este hasta el Alto Rin en el oeste. Eso es justo debajo de un máximo histórico de 40.3°C.
En Frankfurt, 3,000 atletas participaron en una carrera de resistencia IronMan a pesar del calor. La líder de la carrera femenina Sarah True de los Estados Unidos se derrumbó a un kilómetro de la línea final de la etapa final de la maratón.
Además, quienes ya habían completado un paseo de 3.8 km y 185 km en bicicleta, fueron retirados del curso y tuvieron que ser restringidos por los trabajadores de primeros auxilios preocupados por su bienestar, según mostraron las imágenes en vivo transmitidas por la televisión pública alemana ARD.
“Me sentí como una carrera contra el calentamiento global, podías freírte un huevo en la cabeza”, dijo Sebastian Kienle, quien terminó segundo en la carrera masculina.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) dijo que el 2019 estaba en camino de estar entre los años más calurosos del mundo, lo que haría de 2015-2019 el período más caluroso de cinco años. La ola de calor europea era “absolutamente consistente” con los extremos relacionados con el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, según la OMM.
El Papa Francisco, dirigiéndose a miles de personas en la Plaza de San Pedro para un domingo y una bendición, dijo que estaba orando por quienes más sufren la ola de calor: los enfermos, los ancianos, los obreros de la construcción y los que tenían que trabajar al aire libre.
“Que nadie sea abandonado o explotado”, dijo.
Este texto apareció originalmente en Reuters, puedes ver el original en inglés aquí.
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