Suscríbete
Llegamos una vez más a “julio sin plástico”, un reto mensual que ha perdurado por varios años para incentivar la reducción del consumo de plástico, uno de los mayores contaminantes del planeta. Sin embargo, muchas de estas campañas suelen quedarse ahí, en una tendencia, por lo que es momento de dar un paso más y convertirlo en un hábito permanente para nuestra vida.
Llevar una vida sostenible puede parecer más difícil para algunos países que otros, ya que aún no existen las suficientes leyes que obliguen al sistema entero a cambiar nuestro estilo de vida, sin embargo, no tenemos que esperar a que esto suceda para comenzar con pequeños, pero significativos cambios.
Cada día podemos encontrar una noticia nueva sobre la contaminación que está causando el plástico en nuestro entorno, está invadiendo nuestras calles, sobrellenando vertederos y perdiéndose en los océanos, incluso los podemos encontrar en nuestro cuerpo, ya que los microplásticos se encuentran hasta en la comida y aire que consumimos, por lo que la gestión del plástico debe ser una prioridad urgente entre nuestros objetivos ambientales.
Pero para lograr cambiar estos hábitos primero debemos cambiar nuestra mentalidad. Seamos realistas, es imposible dejar de consumir plástico en nuestra vida, la verdadera estrategia está en la elección y uso que le demos a estos.
Gestionar tu consumo de plásticos no solo se trata de evitarlos, aquí te dejamos algunos consejos que puedes aplicar a tu rutina:
Lleva tu bolsa de tela. Muchos comercios ya están aplicando al prohibición de bolsas de plástico para obligar a los consumidores a llevar sus bolsas reutilizables. Sin embargo, aún hay que trabajar en recordar llevarlas siempre para evitar comprar nuevas cada vez que vamos al súper y evitar comprar más de las necesarias, ya que estas también terminarán contaminando el ambiente cuando su vida útil acabe.
También es preferible si optas por bolsas de tela de algodón, malla o mimbre, ya que son materiales orgánicos que te durarán más tiempo.
Compra en tiendas a granel. Cada vez hay más negocios que ofrecen este tipo de servicios, también conocidas como tiendas zero-waste, son aquellas que venden alimentos por peso y sin envases, permitiendo que lleves tus propios contenedores. En este tipo de tiendas podrás encontrar desde productos básicos como arros, azúcar, frijol, hasta más específicos como pastas, mantequillas y semillas.
También puedes aplicar esta técnica en tus mercados locales llevando tus propios envases para rellenar.
Sustituye artículos del hogar de plástico por otros materiales. Si observas detenidamente en tu hogar, notarás que estás rodeado de plástico: tuppers, termos, sillas, ganchos de ropa, perchas, estanterías. Si necesitas nuevos artículos, procura invertir en materiales más duraderos y sostenibles.
Adopta un estilo de vida minimalista. El minimalismo puede aplicarse a varios aspectos de tu vida, en este caso para el consumo. Esta tendencia propone un modo de vida más sencillo y elegante al adquirir solamente lo necesario. Además de ser beneficioso para tu billetera, también evita que caigas en el consumismo o la acumulación.
Es verdad, reciclar es importante para gestionar mejor el plástico que desechamos, pero existen otras acciones que puedes hacer antes de llegar a ese paso, también conocido como las 5 R’s:
No es lo mismo utilizar una botella de plástico reusable para llevar agua de tu casa todos los días que comprar una botella de plástico desechable.
Actualmente nos encontramos en una cultura desechable, donde en lugar de invertir en productos de calidad o durables, el mercado nos ofrece una opción más “económica” y cómoda que podemos desechar rápidamente. Sin embargo, esta inversión a largo plazo resulta ser más costosa de lo que parece.
Según un estudio de UNEP, producimos aproximadamente 400 millones de toneladas de desechos plásticos al año. Si esta tendencia continúa, se estima que la producción de plástico primario lelgue a los 1,000 millones de toneladas para 2050.
El plástico de un solo uso tiene una vida útil de 12 a 15 minutos, pero puede durar hasta 500 años en el ambiente antes de desintegrarse (o convertirse en microplásticos), según Life Out of Plastic. Evitar este tipo de productos y optar por alternativas reusables pueden hacer una gran diferencia.
Pueden identificarse según el tipo de plástico:
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana