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Hasta 45 toneladas de peso (vacío) y un sistema de baterías con una capacidad de almacenamiento para la que harían falta hasta ocho Tesla Model S, es la carta de presentación del que se convertirá en el más grande vehículo eléctrico del mundo; un camión tipo dumper que, una vez se ponga a rodar, ya como e-dumper, producirá más energía que la que consume.
Sobre este gigante de la movilidad eléctrica trabaja actualmente un consorcio de empresas en Suiza con el respaldo del Laboratorio de Ciencias de Materiales y Tecnología (EMPA) del citado país. Para dar forma a este dúmper eléctrico se ha partido de la reutilización de un modelo Komatsu que está siendo desmontado y reconstruido. Por lo pronto, los expertos involucrados en este proyecto ya han retirado el motor diésel para colocar el paquete de baterías que propulsará en adelante este modelo.
Y el espacio, no será pequeño. Con capacidad para almacenar hasta 700 kWh, las baterías tendrán un peso ni más ni menos que de 4.5 toneladas.
“Hasta la fecha, nunca un vehículo terrestre ha sido equipado con un paquete de baterías de tal magnitud”, aseguran desde la EMPA, que explica que este está formado por 1,440 celdas NMC (de níquel, manganeso y cobalto).
Marcel Held está encargado de supervisar y realizar evaluaciones de seguridad en el paquete de baterías producido por el fabricante chino Shenzen Westart, de manera que un fuego o un exceso de calor no provoque una reacción en cadena sobre todo el sistema.
Todo detalle es clave, porque el futuro previsto para este Komatsu HD 605-7 una vez se reconvierta a eléctrico no será fácil. Se prevé que, durante una década, realice hasta 20 viajes al día transportando materiales desde una cantera en la montaña de Chasseral, hasta las cercanías de la ciudad de Biel.
Para cubrir estos trayectos, el e-dumper parte con una ventaja fundamental: en los trayectos en descenso, el motor eléctrico funcionará como generador para la recarga de las baterías. En el ascenso, con el vehículo vacío, tirará de la energía generada para cubrir esa distancia. De hecho, si todo marcha según se espera, este macro vehículo producirá más energía de la que consume. Así, no solo prescindirá de combustibles fósiles, sino que será capaz de aportar excedentes a la red.
En concreto, se prevé que este camión con capacidad de carga de 65 toneladas pueda recargar hasta 40 kWh en un solo descenso. Si, finalmente, el vehículo de carga funciona según lo previsto, la potente inversión realizada por Ciments Vigier SA, que alcanza los siete dígitos en francos suizos, no solo habrá valido la pena, sino que irá por más. En los planes de la empresa, que cuenta con la participación de Lithium Storage GmbH y del grupo Kuhn, está la posibilidad de que este e-dumper se acompañe de hasta otros siete vehículos pesados eléctricos como él. La apuesta probaría además que las ventajas de la movilidad eléctrica son posibles de aplicar a maquinaría de este calibre, responsable directa de gran cantidad de emisiones a la atmósfera.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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