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Una nueva investigación publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias puede dar una luz sobre el fenómeno de las corrientes circulantes llamadas giros, que concentran el plástico en grandes áreas de la superficie del océano.
Hasta la fecha, los científicos han pensado en gran medida que los desechos flotantes se concentran en ciertas áreas del océano como resultado de las corrientes de superficie y los vientos. En el nuevo estudio, sin embargo, los científicos rastrearon el movimiento de las boyas a la deriva desplegadas en el Golfo de México y descubrieron otra forma en que el plástico se congrega: el hundimiento, que ocurre en áreas donde el agua superficial se hunde moviéndose hacia el vórtice.
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El autor principal del estudio, Eric D’Asaro, dijo que la relación recién establecida entre las concentraciones de escombros flotantes y en descenso podría usarse para identificar las acumulaciones de contaminantes oceánicos para la limpieza.
El estudio fue financiado por la Iniciativa de Investigación del Golfo de México, una iniciativa de investigación independiente establecida después del derrame de petróleo del Deepwater Horizon (2010), pero sus hallazgos se pueden aplicar a cualquier cosa que flote en la superficie del océano, ya sea petróleo derramado o desechos plásticos.
“Hace hincapié en que la distribución del material flotante puede ser muy poco uniforme y abre la posibilidad de predecir dónde ocurrirán tales concentraciones”, dijo D’Asaro, oceanógrafo de la Universidad de Washington (EE. UU.). “Y si sabes dónde está el petróleo, es más fácil recuperarlo”.
Para emular un derrame de petróleo, que se extiende rápidamente para cubrir grandes extensiones oceánicas, los investigadores arrojaron boyas con forma de rosquilla, equipadas con GPS, hechas de un plástico biodegradable llamado polyhydroxyalkanoates (PHA) y tarjetas de deriva de bambú más pequeñas, diseñadas para flotar con las corrientes. Las boyas y las tarjetas se desplegaron desde dos buques de investigación a lo largo de varios kilómetros en el Golfo en un tormentoso invierno de 2016.
Para rastrearlos, los científicos utilizaron satélites, globos de helio y aviones que tomaron imágenes de alta resolución e infrarrojas. Los planeadores oceánicos autónomos y otros instrumentos recopilaron datos en tiempo real sobre las condiciones atmosféricas y oceánicas locales, como la densidad del agua y la velocidad del viento.
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En lugar de mantenerse dispersos, como predijeron los cálculos de los científicos, en ocho días, la mitad de las 326 boyas y cartas de deriva usadas en el experimento se movieron juntas en grupos a un espacio más pequeño que un estadio de fútbol.
En estas áreas, los datos del GPS de las boyas indicaban un fuerte movimiento descendente, como si estuvieran siendo arrastrados por debajo de la superficie. Los datos atmosféricos y oceánicos recolectados en estas zonas confirmaron la existencia de vórtices de hundimiento.
La investigación sugiere que en áreas donde convergen masas de agua de diferentes densidades, que varían en temperatura o salinidad, los vórtices forman y agregan desechos flotantes en la superficie del océano. Según los expertos, esto explica el comportamiento de los artículos a la deriva hallados en las zonas de convergencia a pequeña escala en este estudio.
Kara Lavender Law, profesora de oceanografía de la Sea Education Association (SEA) que no participó en el estudio, calificó la investigación como un “proyecto tremendamente exitoso”.
“En general, tenemos una muy buena comprensión, en las escalas de las cuencas oceánicas, dónde esperar acumulaciones de desechos flotantes, pero no ha sido tan fácil explicar las variaciones a muy pequeña escala”, dijo. “Anecdóticamente, hemos observado, desde la cubierta del barco, largas líneas de restos acumulados, que podrían haber sido causados por el mecanismo descrito”.
Si hay una manera de predecir dónde se forman las zonas de convergencia, los derrames de petróleo concentrados y la contaminación con plástico podrían ser más fáciles de rastrear y limpiar.
Law dijo que este nuevo conocimiento de las zonas de convergencia también podría ser útil para rescatar un barco o avión perdido o incluso ayudar a mejorar los modelos que buscan determinar dónde se originó un barco perdido, derrame de petróleo o concentración de desechos plásticos. Eso podría ayudar, eventualmente, a llegar a la raíz del problema de la contaminación del plástico.
Este artículo apareció en Oceans Deeply, puedes encontrar el original en inglés aquí. Para más noticias sobre los océanos puedes suscribirte a la lista de correos de Oceans Deeply.
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