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Los científicos han desarrollado una forma de producir combustible para aviones sin emisiones de carbono para el transporte pesado difícil de electrificar utilizando la luz solar y el aire.
Los combustibles liberan tanto dióxido de carbono (CO2) cuando se queman como el que absorben de la atmósfera cuando se producen, por lo que no se generan emisiones de CO2 adicionales.
El nuevo proceso podría impulsar los esfuerzos para combatir el cambio climático mediante la descarbonización de sectores del transporte como la aviación, que es responsable de casi el 3% de todas las emisiones de dióxido de carbono provocadas por el hombre, el transporte marítimo y el transporte por carretera.
Los investigadores, dirigidos por Aldo Steinfeld, Profesor de Fuentes de Energía Renovable en ETH Zurich, han desarrollado una planta industrial que extrae dióxido de carbono (CO2) y agua del aire. Luego, la energía solar se usa para dividir estos compuestos y producir gas de síntesis, una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono. Esto luego se procesa para crear queroseno y metanol que se pueden usar como sustitutos de los combustibles tradicionales.
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La tecnología ahora es lo suficientemente avanzada como para usarla en operaciones comerciales. Se cuenta con fondos para construir la primera planta de producción a escala industrial del mundo para combustibles solares en Alemania, que debe entrar en funcionamiento en 2023.
Sin embargo, quedan desafíos para que el nuevo proceso sea competitivo y escalable.
El estudio, publicado en Nature, estima que el combustible de “queroseno solar” costaría entre 1.35 y 2.2 dólares (1.20 y 2.00 euros) por litro una vez producido a escala. Pero los altos costos de inversión inicial son una barrera importante y el modelo comercial aún no se ha probado.
Los autores del informe sugieren que organismos como la Unión Europea adopten un sistema de cuotas que requiera que las aerolíneas obtengan una parte de su combustible de fuentes solares, para ayudar a pagar para escalar la tecnología.
Además de sus credenciales ambientales, el proceso tiene otro beneficio. Su dependencia de la luz solar hace que las áreas desérticas sean terrenos privilegiados para los sitios de producción, dejando valiosas tierras agrícolas disponibles para cultivar y criar ganado. Esto contrasta con los biocombustibles que a menudo dependen de los cultivos que se cultivan para convertirlos en combustible.
Esta opinión es compartida por la Agencia Internacional de Energía (IEA), con su Escenario de Desarrollo Sostenible que anticipa que los combustibles de aviación sostenibles representarán el 10% de la demanda de combustible de aviación para 2030, y casi el 20% una década después.
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Se espera que el número mundial de pasajeros alcance los 7,500 millones para 2035, frente a los 4,500 millones de 2019 antes de que la interrupción de la pandemia detuviera muchos vuelos, según IATA. Por lo tanto, la inversión en el desarrollo y la adopción de combustibles más limpios compatibles con los aviones existentes es clave para hacer realidad estas ambiciones. Si bien el caso comercial para el combustible de aviación sostenible (SAF) aún está en desarrollo, la ampliación de esta tecnología reducirá los costos.
Iniciativas como la Coalición Clean Skies for Tomorrow del Foro Económico Mundial proporcionan una plataforma para que las aerolíneas, los aeropuertos, los proveedores de combustible y otras partes interesadas de la aviación mundial aceleren el despliegue de SAF. Hasta el momento, más de 60 empresas han unido fuerzas, con el objetivo de impulsar la aviación mundial con un 10 % de combustibles sostenibles para 2030, como parte de los esfuerzos para alcanzar cero emisiones netas para 2050.
“Alcanzar nuestra ambición requerirá compromiso, innovación y colaboración entre industrias de una amplia gama de partes interesadas”, dijo Lauren Uppink Calderwood, directora de aviación, viajes y turismo en el Foro Económico Mundial.
Este texto apareció originalmente en WeForum, puedes ver el original en inglés aquí.
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