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La firma española Oliver Design, está tras el diseño de Ecoship, un transatlántico con capacidad para acoger hasta 2,000 pasajeros que aspira a convertirse en el crucero más ecológico del mundo. El buque, que incorporará lo más novedoso en tecnologías limpias, no solo será la referencia en sostenibilidad para el transporte marítimo, sino que aspira a marcar un punto de inflexión en la industria, una de las que más emisiones liberan a la atmósfera.
Sin embargo, los objetivos de Ecoship no quedan ahí. Promovido por Peace Boat, ONG japonesa candidata al Nobel de la Paz que trabaja desde 1983 por la concienciación en materia de paz, derechos humanos y medio ambiente mediante cruceros educativos por todo el mundo, hará lo propio a bordo de este barco.
Para él se prevé un futuro agitado: escalas en alrededor de un centenar de puertos cada año, organización de exposiciones de tecnología verde, y difusión de la importancia del desarrollo sostenible. Además, se espera que Ecoship se convierta en un verdadero laboratorio flotante desde el que se contribuya a la generación de conocimiento sobre el océano, el clima y las tecnologías sostenibles.
Para llegar hasta ahí, por lo pronto se ha ultimado el diseño de este “revolucionario crucero”, según Oliver Design. Para que, efectivamente, sea revolucionario, este buque de gran tonelaje incorporará novedades que le permitirán recortar hasta un 40% las emisiones de CO2 respecto a otras embarcaciones análogas. Además, de estas innovaciones se espera también una reducción del consumo de combustible del 20%.
Con su peso, de alrededor de 60,000 toneladas y con espacio para 750 camarotes, Ecoship logrará estos objetivos reservando 6,000 metros cuadrados de superficie para el despliegue de paneles solares. Con estos se alcanzaría una potencia de 750 kilovatios.
Además de lo anterior, la cubierta superior del transatlántico contará con una decena de estructuras retráctiles compuestas por paneles solares que funcionarían como velas, siempre y cuando las condiciones del viento lo permitan. Esta incorporación ha sido posible gracias a la participación de Detlev Loell, ingeniero naval alemán reconocido en todo el mundo por su dominio de las embarcaciones clásicas. Con su aportación, el proyecto, que involucra a un equipo de expertos tan internacional como multidisciplinario, aprovechará así por partida doble la energía procedente del sol.
A las novedades anteriores, este barco de 250 metros de largo por 32 metros de ancho también sumará avances en gestión de residuos y en un novedoso concepto constructivo, la biofilia. Esta aproximación apuesta por aprovechar al máximo los elementos naturales para la construcción, además de los materiales y diseños que se basen en la naturaleza.
Con eso, y con una silueta inspirada en la de una ballena que se quedó varada en la playa de La Concha, en San Sebastián, poco después de que Oliver Design fuera seleccionada para ejecutar este proyecto, Ecoship pretende convertirse en el “buque insignia de la concienciación sobre cambio climático”, además de en propulsor de un cambio hacia una industria del transporte marítimo más sostenible.
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Para eso, todavía falta. Si el proyecto marcha según lo previsto, el barco hará su viaje inaugural en 2020. De hecho, la ONG que lo promueve espera que esté listo para la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio. Hasta entonces, Peace Boat seguirá con la presentación de Ecoship en los principales eventos internacionales sobre sostenibilidad, además de continuar con sus viajes educativos alrededor del mundo. Por el momento se han organizado más de 90 con escala en 80 países y con la participación de 70,000 personas.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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