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El análisis del estado del permafrost, el suelo permanentemente helado del Ártico, ha demostrado que puede ser vulnerable al aumento de las temperaturas, según reveló un estudio publicado en la revista Nature Communications.
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La investigación, liderada por Antoni Lewkowicz, profesor del Departamento de Geografía, Medio Ambiente y Geomática de la Universidad de Ottawa (Canadá), utilizó un conjunto de imágenes de satélite de la herramienta Google Earth para constatar cómo el incremento de la temperatura del planeta afecta al Ártico.
En la isla de Banks, una de las mayores del archipiélago ártico canadiense, los expertos registraron una subida sesenta veces mayor de los deslizamientos de hielo en el permafrost, lo que provoca movimientos de tierra, en las tres últimas décadas. En 1984, hubo alrededor de 60 desprendimientos en la isla, mientras que en 2013 fueron más de 4,000, incluyendo unos 300 iniciados dentro del Parque Nacional Aulavik.
Los datos revelaron que, en términos generales, el área afectada por la caída activa del hielo ahora es equivalente a la de la isla de Manhattan (Nueva York). El 85% de los nuevos deslizamientos en la isla de Banks se produjeron después de cuatro veranos especialmente calurosos (1998, 2010, 2011 y 2012) lo que provocó la descongelación de la capa superior del permafrost.
El profesor Lewkowicz predijo que, con el aumento de las temperaturas en constante evolución, se producirá un incremento adicional del deshielo. Incluso en un escenario relativamente estable, señaló que podría haber 10,000 nuevos desplomes por década solo en esta isla hasta llegar a los 30,000 en el futuro.
Afirmó que estos deslizamientos no se pueden detener una vez que se inician, por lo que instó a cambiar hábitos “para que el calentamiento futuro sea lo más limitado posible”.
“Solo podemos hacer cambios en nuestras vidas para reducir nuestra huella de carbono y podemos alentar a nuestros políticos a tomar las medidas necesarias para ayudar a reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero”, indicó.
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La descongelación del permafrost y la consecuente cantidad de sedimento que provoca condicionan los ecosistemas y en la isla de Banks ya ha afectado a varios ríos y a más de 250 lagos.
Además, ocasiona la liberación de dióxido de carbono y metano, con las consecuencias que esto tiene para la aceleración del calentamiento del planeta.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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