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En los últimos 250 años, casi 600 especies de plantas han desaparecido, más del doble del número de mamíferos, pájaros y anfibios extintos sumados. Así lo afirma un estudio global publicado en la revista Nature, Ecology & Evolution, por investigadores del Jardín Botánico Real Kew de Inglaterra y la Universidad de Estocolmo.
De acuerdo con los científicos, la extinción de plantas está ocurriendo más de 500 veces más rápido que la tasa de extinción natural, el ritmo normal de desaparición en la Tierra previo a la intervención humana. Pero los investigadores creen que incluso estas cifras subestiman los niveles actuales de extinción de la flora mundial. Aún así, la mayoría de las personas pueden nombrar un mamífero o un ave que se extinguió en los últimos siglos, pero no una planta, dijo Aelys Humphreys, bióloga evolucionista de la Universidad de Estocolmo que lideró el estudio.
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“Este estudio es el primero que nos da una visión general de qué plantas se han extinguido, dónde han desaparecido y qué tan rápido está sucediendo”, agregó.
En concreto se trata de 571 especies de plantas desaparecidas en los últimos 250 años, periodo en el cual se extinguieron 217 especies de mamíferos, pájaros y anfibios.
Las mayores pérdidas de especies se registran en islas y en los trópicos, que albergan árboles de madera de gran valor y tienden a ser particularmente ricos en diversidad, indica el estudio. En la investigación se mencionan dos especies endémicas de Chile para representar lo desalentador del actual ritmo de extinción, así como la esperanza que persiste.
El ejemplo negativo es el sándalo de Juan Fernández (Santalum fernandezianum), el cual fue sobreexplotado por sus aceites esenciales y madera aromática. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la especie está declarada extinta desde 1978.
En cambio, el ejemplo positivo es el azulillo (Tecophilaea cyanocrocus), una especie con unas pequeñas flores de color azul intenso que había sido declarada extinta, pero que luego fue redescubierta.
El peligro de la extinción de plantas no es solo su desaparición en sí, sino que puede llevar a una cascada de extinciones de otros organismos que dependen de ellas. Ejemplo de ello son los insectos que usan las plantas como fuente de alimentos y para poner sus huevos.
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“Millones de otras especies dependen de las plantas para su supervivencia, incluidos los humanos”, dijo Eimear Nic Lughadha, botánica del Jardín Botánico Real Kew y coautora del estudio. “Por lo tanto saber qué plantas estamos perdiendo y dónde también alimentarán los programas de conservación dirigidos a otros organismos”.
Los investigadores incluso señalan una serie de medidas para asegurar la conservación de la flora, entre las cuales se encuentran registrar todas las plantas del mundo, enseñar a los niños a reconocer las especies locales, dar apoyo a los herbarios que preservan especímenes para la posteridad y a los botánicos que investigan el tema.
Este texto apareció originalmente en BBC, puedes ver el original aquí.
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