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Algunos de los glaciares más altos de Perú, a más de 6,000 metros sobre el nivel del mar, están cubiertos de hollín, también conocido como carbono negro, lo que acelera su deshielo, según una investigación de especialistas peruanos y estadounidenses.
El estudio, a cargo del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) de Perú y del American Climber Science Program (ACSP) de Estados Unidos desde octubre de 2015, reveló la acumulación de hollín en glaciares en la vertiente occidental de la Codillera Blanca, en los Andes peruanos.
Los glaciares analizados son el Tocllaraju (6,034 metros de altitud), el Vallunaraju (5,686 metros), el Yanapaccha (5,460 metros) y el Shallap (unos 4,800 metros).
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La acumulación del hollín sobre el hielo reduce la reflexión de la luz, absorbida por las partículas del carbono negro, que deriva en un aumento de la temperatura del glaciar y una mayor descongelación.
Según los investigadores, el carbono negro proviene de incendios forestales, quema de pastizales, residuos de los combustibles de automóviles, ceniza de madera quemada en viviendas y otros restos de combustibles fósiles.
El especialista del Inaigem Wilmer Sánchez afirmó que el hollín tiene una relación directa con la reducción de los glaciares, pues, “a mayor concentración, más nieve se derrite”.
Los datos recogidos indican que la concentración del carbono negro es mayor en aquellos glaciares de menor altitud y más cercanos a las ciudades y menor en aquellos situados más arriba y más lejanos de los centros urbanos.
El Inaigem, adscrito al Ministerio del Ambiente de Perú, continúa realizando un seguimiento a los glaciares Yanapaccha y Shallap y tiene proyectado llevar a cabo investigaciones similares en glaciares de otras zonas del país.
Perú está considerado el tercer país del mundo más vulnerable al cambio climático por tener el mayor sistema de glaciares tropical, cuya superficie en dieciséis cordilleras nevadas se redujo en un 61% en los últimos 55 años, hasta quedarse en apenas 400 kilómetros cuadrados, de acuerdo con el último recuento del Inaigem.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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