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Los pueblos nativos de la Amazonía exigen que la sociedad “se movilice contra la economía genocida que destruye nuestro hogar”, ha explicado a Efe el coordinador indígena Gregorio Díaz Mirabal con motivo del Día Mundial del Agua, una fecha que afrontan “sin nada que celebrar”.
El hecho de “que haya tantos Días Mundiales a lo largo del año para recordarnos que hay que hacer algo por el planeta no es una buena noticia”, explicó el encargado general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), región que atesora el 20 % del agua dulce continental de todo el mundo.
Esta entidad representa a los pueblos originarios de los actuales Estados de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana francesa y el mismo Díaz Mirabal, nacido en Venezuela, pertenece al pueblo indígena de los Wakuenai-Kurripaco.
En su opinión el calendario ambiental parece que “sólo fuera de celebración” cuando debería servir más bien para que “el mundo deje de demandar productos de la Amazonía como la carne, la soja, el oro o el petróleo” y pasara a “la acción climática que nos ayude a defender el agua para todos“.
Y es que la selva amazónica es “el reservorio de agua dulce más grande del mundo” pero es cada vez más escasa ya que los ríos “están contaminados por el mercurio de la minería y si la contaminamos, envenenamos nuestro cuerpo ya que es la sangre de la selva amazónica, un vehículo para la vida sin el cual no hay semillas, comida ni medicinas“.
Díaz Mirabal denuncia que los niños indígenas “nacen con mercurio en la sangre y nuestra gente se está quedando ciega por beber agua contaminada o comer peces envenenados” de los grandes ríos de la región, como el Amazonas o el Orinoco, un problema que se suma al de la deforestación, ya que la selva está siendo talada ilegalmente en complicidad con las leyes y los gobiernos.
“Mientras el mundo guarde silencio ante los crímenes contra la Naturaleza, no habrá futuro”, concluye este líder nativo tras acusar a “la sociedad en general” de seguir “buscando culpables sin verse a sí misma”, demandando productos “que surgen del extractivismo, la deforestación y la contaminación“.
Por esta situación, los nativos siguen movilizándose y también “por eso hay tantos asesinatos de activistas indígenas, en una gran contradicción: asesinan a quienes quieren salvar la vida del planeta”.
Díaz Mirabal cree que la Amazonía vale mucho más dinero bien conservada por lo que ha pedido que cese la financiación de proyectos hidroeléctricos y mineros en la zona.
El Banco Mundial estima que hay aproximadamente 476 millones de indígenas en más de 90 países y, aunque sólo constituyen el 6% de la población mundial, su forma de vida protege el 80% de la biodiversidad del planeta.
Por ello, cree que “deberíamos tener una silla en las negociaciones con las instituciones y los Gobiernos que aprueban los proyectos que destruyen la selva” y quiere reunirse con el nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden, ya que “todo lo que deciden allí afecta directamente a nuestros territorios”, donde afirma que “seguiremos resistiendo invasión tras invasión” y luchando contra “gobiernos corruptos que socavan la democracia y la soberanía de los pueblos”.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes ver el original aquí.
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